Comer tarde, hablar alto, no usar la bicicleta, olvidarse de la separación de la basura, acelerar con el semaforo en Ambar,...así es como describe el corresponsal blogero del Frankfurt Algemeine Z. la ciudad de Madrid.
Ciudad curiosa a la q uno n acaba de acostumbrarse, escuela de conductores suicidas por vias de la M·30, tuneles eternos q desembocan allende los edificios, radares por doquier y taxistas kamikazes. Madrid se torna agreste para los conductores y hostil para los viandantes,
Nos queda el retiro. Un Retiro destrozado y huerfano de cesped, un Retiro de rastafaris y barcas de sepia amarradas, quiromanticos, pitonisas, alguien lee una mano aquí,mientrás allá se afana un cartera o se distrae un bolso. La policia camina despistada y un ciclista despistado se estampa por culpa de un socabón invisible.