Desquiciado revuelve la habitación freneticamente. Debe estar en algún sitio, en un cajón perdido, en el bolsillo de un abrigo, de una chaqueta de un traje viejo o en un portafolio. Hans no encuentra el pasaporte, por más que busca, y es un fastidio, porque se lo hizo no hace mucho, y porque hacerse otro es un toston y lleva tiempo y luego cuando te lo haces aparece el viejo y te da mucha rabia.
Hans especula, hace un tiempo tenía que llevarlo encima, porque no encontraba el DNI y porque por aquella epoca tenía pinta de sospechoso, y la policía no cesaba de pararle. Y de tanto llevarlo y moverlo quien sabe donde quedó. Hans siempre tuvo problemas con la documentación, no entiende porque se ceban con él, le ponen tantas trabas y le asedian como a un delincuente. Es cosa de los socialistas, que les encanta lo dictatorial, la opresión, prohibir y someter, humillar y acosar al ciudadano de bien que no comulga con su regimen tiránico.
A Hans un día le pararon los de trafico, y para variar le pidieron los papeles,todos los del coche, la itv, la partida del bautismo y el Dios que les fundó. Hans no llevaba ningunó, tampoco el permiso de conducir. Una facilitación de datos, una comprobación por walkietalkie y que la agente era una moza majeta, de buen ver por cierto, que no quiso hacer sangre, sacaron a Hans ileso del lance. Hans decidió enterrar por un tiempo el deportivo en el garage y moverse a dedo.
Hoy hace un día horrible, entramos en la época vampírica, solo se puede salir de noche sino quieres arriesgarte a un súbito cancer de piel, o a morir deshidratado.Pronto cerraran la climatizada, los perversos,...cáspitas, tal vez esté en la antigua mochila de la piscina, el pasaporte.
aventuras y desventuras de un superviviente en la jungla madrileña, germanofilo y amante de la belleza,...preferiblemente femenina.
jueves, 7 de abril de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario