Y el tio permanece así inalterado, en plan ciborg. Ni una cana, ni una arruga ni un gesto, pasan las decadas, pero él queda estático.
Como un funcionario, con un trabajo en el que nada permuta. Como ese profesor que elabora su materia un verano y vive de ella las siguientes centurias. Anclado en sus programas soporiferos, ajados por su mecanismo añejo, ajenos, rara avis en esto de lo televisivo, a condicionamientos de shares y audiencias.
Con sus concursantes grises, de raya al lado, gafas gastadas de tanto usarse y vestimenta tan discreta como apagada. Tipos Sesudos , wikipedias andantes, para los que la fecha exacta de coronación de Napoleón y nombrar las fronteras de Zimbawe son preguntas triviales. Anómalos, como extraidos de épocas pasadas, de los 80, del 18, del siglo de oro, que suenan a ciclícos, monotonos, mecánicos, como si ya hubiesen pasado antes por el envite, trasnochados, aburridos, como si entre tanto asimilar datos no hubiesen encontrado el momento de alternar unas fiestas, un cachondeo,o un despiporre.
Y cuando le pierdes la pista al presentador y ya le olvidaste, 15 o 100 años despues, te sobresalta en el zapping y le revisas, !cáspitas! jurarias que porta el mismo jodido traje!,que debe apestar a alcanfor y a rancio! el mismo timbre de voz, la misma cadencia en la pregunta, y te trasladas de nuevo a la mesa familiar devorando presto los macarrones que mamá te hizó para saltarte las alubias que denostabas, y apresurado para entrar en clase antes del toque de campana.
Gracias a Dios este inmutable es un caso único, no es bueno tener la sensación que aquí solo envejece uno. Hace unos años había otro personaje eterno, que salía con el mismo soniquete, horrible pero por alguna razón pegadizo, cuando llegaban los estios y lo convertía en canción del verano. pero de Georgie Dan hace mucho que no sé nada.
1 comentario:
Pues a mí me gusta!!!
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