En la cacerola se vierte un fondo de aceite y sal gorda, no mucho, para que no se peguen y se calienta a fuego medio.
Se cogen los calamares, se limpian y se retira ese cartilago lateral interno de textura plástica. Se pela un tomate grande y maduro.
Se vierten los calamares, 8 o 10, rociandolos de salsa de soja, y dejamos que doren un poco dandoles la vuelta con la cuchara de madera. Añadimos un chorreón largo de cerveza, otro generoso de vino blanco y exprimimos el tomate pelado, añadiendo a trocitos lo que quede de él.
A fuego fuerte y cacerola destapada dejamos un rato para que vaya reduciendo la salsa y se haga el calamar. queda un aperitivo riquisimo y facil de hacer.
aventuras y desventuras de un superviviente en la jungla madrileña, germanofilo y amante de la belleza,...preferiblemente femenina.
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