aventuras y desventuras de un superviviente en la jungla madrileña, germanofilo y amante de la belleza,...preferiblemente femenina.

miércoles, 9 de julio de 2008

JALISCO

Olisquea, levanta una pata, rodea el arbol e inquieto se desplaza a saltitos al otro lado de la cera para tras rapido examen, retornar y examinar un buzon.

Jalisco es jugueton, pequeño, gris, y se presta cariñoso a recibir mis carantoñas y halagos. Me sorprenden sus barbas grisaceas, por su aspecto y a pesar de su comportamiento rondará los 10 años.

8- me corrige su dueña,- rubia, alta, espectacular, más propia de las paginas del playboy que de las vias del barrio - Sorprendentemente no ladra, la dueña que no el can, cosa que para ser madrileña, criaturas por naturaleza desconfiadas y ariscas es algo reseñable.

Pero no es madrileña, me cuenta- eso explica lo del aspecto, y principalmente que no "ladre", sino francesa. Sigo en deuda con Francia, por la nouvelle coucine, el "Pret-a-portait", mi colega Fabian. Y me pierdo en su mirada, mientras habla, "Allez la France",-pienso- desde Sarkozy y Zidane no había nacido criatura tan excepcional en aquellas tierras.


Jalisco- me cuenta- debe su nombre a que llegó a la vida de la moza, momentos después de haber tomado en un mexicano pollo al jalisco

Me pregunto que sería de Jalisco de haber tenido su dueña a bien haber elegido un ruso, ahora se llamaría Matruska, o un hindú, y sería "Bismati", o peor aun un burgalés y se llamaría "Morcilla"

Azaroso destino. A veces, un simple detalle ajeno a nuestras vidas, nos marca eternamente