aventuras y desventuras de un superviviente en la jungla madrileña, germanofilo y amante de la belleza,...preferiblemente femenina.

jueves, 24 de marzo de 2011

Día para olvidar

Aquella voz no paraba de taladrarle, tenía timbre insoportable, como femenino, duro de escuchar más allá de 10 minutos, y el tipo no paró de rajar durante todo el torneo, intermitente, redundante, infatigable, como dopado de cafeina.No parecía ser un maestro, no era necesario ser muy ducho para darse cuenta de sus movimientos predecibles, pero aquella noche todo el mundo parecia ansioso de ofrecerle las fichas cuando él ligaba una buena mano, antes si quiera, que abriera la boca. Al acabar el evento, y quedar Hans anclado en la desesperante burbuja, le ofreció acercarle a casa. Era tardisimo y allí no había transporte.

Configuraron el GPS y se adentraron en el nudo del pavimento desconocido. Se hizo duro, tuvo que aguantar todas sus teorias, disparadas de forma vertiginosa, que confundían en su estado eufórico, ocasión con talento. Su discurso infinito, su tono poderoso y chirriante, solapaba la voz mecanica del GPS, y de tanto saltarse salidas y "recalcular rutas" el trayecto se hizo más que interminable. Cuando le dejó, por fin, al lado de su casa, lo vio marchar con su peinado de pajaro carpintero, los vaqueros pitillos exageraban aun más sus andares extraños de largas piernas escualidas, moviendo los labios. Hans quedo convencido de que seguiría hablando consigo mismo durante horas.

Puff menuda noche, aquel desastre a fin de més le condenaba a afrontar sin blanca el fin de semana, puñetera burbuja, asquerosos riverazos, dichosos colores, tendría que volver al ajedrez y jugarse los cafés con los viejos del café comercial, si demandaba algo de adrenalina y competición. !Dios, necesitaba un trago!, pero a esa hora estaba todo cerrado,daba igual porque tampoco tenía un chavo. Con lo cual sacó la petaca de la guantera y le dió un buen tiento, Que arido el whisky caliente y abrasador en aquella noche calida!, miro la petaca y le dio otro golpe que la dejaba seca. !Que reconfortante la garganta ardiendo!, !que bien se sentía!--- ignoraba el pobre, que al pasar la curva, le esperaba un inopinado e inaudito control de alcoholemía.

domingo, 20 de marzo de 2011

Pasiones injustificadas

Había conseguido un par de invitaciones, tan cotizadas como escasas, para el derby, cien mil siglos en el club te otorgaban algunos privilegios. Total que invitó a su retoño y a su amigo Muralla, uno de los pocos que le quedaban localizables de su etapa moza.

Esta vez se palpaba, tras siglos, la victoria. Las banderas escoltaban la entrada, las trompetas rasgaban el silencio, el olor a jamón salia de las mochilas, el Manzanares detenido inquieto aguardaba el feliz desenlace.

Los bárbaros blancos llegaban de domesticar unos anodinos leones franceses en esa competición de galones a la que los atléticos nunca clasificaban.
Mientras tanto, iba a escribir, los gladiadores, pero la figura del circo a la que más me recuerdan sonaria ofensiva, digamos simplemente los jugadores rojiblancos, afilaban sus instintos.

Escaso duró la ilusión, por lo de ilusos, del sufrido respetable, un trallazo blanco se estampaba en las mallas en el minuto 11. Un segundo golpe, un poco más allá obligaba de nuevo a postergar los sueños.

Con el amigo hablando en clave, para que el retoño no se entere demasiado pronto de ciertas cosas, desmenuzaban derrotistas las causas de la debacle.

Demonios, él había visto salir derrotado al Madrid del Calderón, ¿cuando fué? a la cabeza le vino la manida frase de periodistas: "ni los más viejos del lugar recuerdan..", Cáspitas, de repente los años le cayeron encima como una losa, miró alrededor, veinteañeros entusiastas inundando las penas en calimocho, sí eran mucho más jovenes, incluso el resto, en su mayoría eran jovenes, terriblemente más jóvenes.

Dios! tal vez fuese el más viejo de todos, tan antiguo como el escudo, la primera grada, Sabina o Cerezo. Acarició al pequeño, constatación de su caracter vetusto y añejo, aquel mamoncete no parecia muy apesadumbrado por la derrota, incluso, a veces, sonreía, coño, ¿no le habría salido blanco?, eso si que lo mandaría a la tumba, quizás el nene, con su camiseta, bufanda y guantes del equipo, no se lo quería decir, por no disgustarle, pero desde el divorcio ya no podía vigilarle tanto y en el cole hay tan malas influencias.

- Luisito (en honor al sabio de Hortaleza, rojiblanco de pró, y no a su abuelo materno, como su ex-mujer pensaba) hijo, tu no serás merengue ¿verdad?

Y el niño como enfadado, como el que tiene que repetir las cosas mil veces- que no papá que nó!- Madrid, caca.

- Eso esta bien hijo, Madrid caca, !!cacá!!.

Hay cierto aspectos de la educación de los hijos, que no se pueden de ningún modo descuidar, ni delegar en terceros.

Mientras su amigo le empezó a relatar entre palabras tan clave que incluso a él le costaba seguirle su affaire con la vecina casada del quinto. Afuera el rio, ofuscado, volvió a fluir embistiendo cual loco los margenes del cauce cementado. Al despedirse, vislumbró en el palco las impecablemente peinadas sienes plateadas de Cerezo, no, menos mal, seguro que Cerezo, era mayor, al menos un poco más mayor que él.