aventuras y desventuras de un superviviente en la jungla madrileña, germanofilo y amante de la belleza,...preferiblemente femenina.

martes, 27 de noviembre de 2012

VETTEL Triunfal


Se terminó el circo. Otra temporada de siestas reparadoras y horas anestesiadas, aburriendo al tedio. Barbitúrico dominical interrumpido ocasionalmente por instantes vibrantes o duelos reñidos.
Y acabó de la mejor forma posible, copando el podium el yerno ideal y el novio de la exótica preparadora de fitness, "gentelman" en la pista y fuera, sonrisa eterna. 

Y el campeonato para el tricampeón más joven de la historia. Niño prodigio, tan distinto al mal llamado mago. Amable con todos, sencillo, asequible, ingenioso, divertido, humilde, un tipo normal sin tatuajes y con cuello suficiente como para llevar corbata, afectuoso con su compañero, sus rivales, amable con la dirección, con el aficionado local y ajeno, venerado en casa, admirado en Europa, idolatrado en Japón. Amigo de todos, menos del que le niega la sal, no vaya a ser que le falte para sus fabadas copiosas.
Y ganó en Brasil, luchando contra los elementos y no solo meteorológicos.

 Relegado, en la primera vuelta, a la ultima plaza por culpa de un toque que casi le destroza el vehículo. Repentinamente desahuciado le valía todo mientras que el altivo no acabase en podium. 
Y observó como a este le regalaba su gregario, por enésima vez en 2012, su puesto en la pista, y como el segundo, Louis, quedaba fuera por las tropelías del indio kamikaze que condenado a drive through se alejaba, a su vez, de los escalones finales, dejándole expedita la segunda plaza y el campeonato al de rojo, obligando al teutón a una nueva remontada épica entre lluvia y "safety cars", para los anales de la leyenda.

El fanático Lobato, que le efectúo cual martillo pilón, en sus arqueantes crónicas un lavado de imagen irreal e imponderable, no dudando en demonizar al resto para ensalzar lo insalvable.  No hay más que salir a beber de las fuentes fiables y no contaminadas allende Pirineos para descubrir las argucias que intentaron aquí vendernos.

 No es posible que el oponente de turno, Michael, Louis, Sebas, sea siempre el malvado, ni que los equipos propios, ayer McClaren o Renault, hoy Ferrari, sean indefectiblemente tan geniales antes y pasen a desarrollar utilitarios con piel de monoplaza cada vez que el sobrevalorado les entra en nómina. Si tanto ayuda a desarrollar el coche, alguna responsabilidad tendrá, digo yo, en sus continuos fiascos. La exageración mediática se desvela sola en cuanto aplicamos la perspectiva.

Yo me quedo con los austriacos, que como buenos germanos no adolecen del trabajo sesudo y de la investigación abnegada y silenciosa, con la innovación constante en la dinámica de fluidos y nuevas fibras de carbono. Y me quedo con Sebas, el mozo que no se deja atrapar por las modelos arribistas llegadas del frío que buscan su sombra para granjearse la fama, polígamo, showman con gracia, y al que felicito desde estas lineas por su sensacional trabajo.