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En el pais libre, donde te dicen donde puedes o no fumar, te rigen lo que te quieren robar en forma de impuestos, te controlan e intervienen tus cuentas bancarias, te interceptan con impunidad total, ley sintel, tu frecuencia telefónica y tienes que pagar la tarifa que se encapriche al edil de turno por dejar el coche abandonado en la calle ahora se les ocurre bajar la velocidad en las autovias.

Se amparan que ya se hizo por los 70, han pasado 40 años, en EEUU, pais con reservas inmensas petroliferas que siempre quiso dejarlas así, reservadas, decidiendo comprar fuera.

La excusa de la crisis energética y el equilibrio de la balanza no cuela, en un litro el 85 por ciento te lo roban en tasas que luego despilfarran.Nueva medida para asaltar los adolecidos bolsillos en forma de multas recaudadas en clandestinos y camuflados radares en rectas diafanas, por arbitrarios vehiculos zetas disimulados tras los arboles, una nueva vuelta de tuerca para frustrar al ciudadano, hacerlo más infeliz e impotente al ver como su trayecto aumenta media hora sin poder hacer nada, otra demostración más de quien esclaviza, de cortar cualquier idea de rebelión o felicidad, de acentuar la sensación carcelaria y terrible a la que ya se ve sometido el individuo.

Cuando las prestaciones de los autos avanzan día a día, vemos que a ese coche nuevo nunca le sacaremos rendimiento, nos valdria cualquier antigualla septentera. El espolio, la opresión y las privaciones de libertad de los déspotas de Moncloa claman al cielo, la tiranía nos desgobierna y somete, el español se desdibuja preso apretada su cabeza contra el suelo, tragando polvo, por la manaza inmisericorde gubernamental. Luego se quejan que los ingenios huyan y se instalen fuera en busqueda de espacios de autentica dicha y albedrío. Añoramos las autopistas teutonas, sin radares, sin limites, sin accidentes, sin celulares intervenidos, con socialdemocratas en la oposición y con radicales izquierdosos inexistentes, todo lo contrario de acá, que pena de pais.