Pablo, que aun no se maneja o no explota los recetarios cibernéticos, amplia el propio con el tradicional método del plagio a la madre, excelente cocinera, a juzgar por su bizcocho, croquetas, albondigas, más no he probado.
Quizas, el plato, no sea originalmente de su madre, sino legado de su abuela, o bis, tatara..., y se haya transmitido así al calor del fogon, cuando el sol cae. La misma escena identica enseñanza repetida generacionalmente, como se transmite el reloj del abuelo, hasta que alguien lo pierde o empeña.
Solo cambian los personajes, los muebles y la energia que de leña da paso al carbon, luego al gas para acabar en la vitro.
sin más os dejo esta deliciosa crema, ahora q el footing causa furor,los gimnasios revientan sus cuotas y el colesterol revela al olvidado tabaquismo como enemigo publica y la fobia a la carne y frituras torna en fundamentalismo.
dos calabacines, dos patatas, una cebolla, dos zanahorias, se pelan, trocean y cuecen una media hora con una pastilla de caldo de ave o carne.
Se aparta el agua, que se usará a posteriori, y se pasa todo por la batidora, sumandole un par de lonchas de queso y sal. Se va agregando el agua retirada hasta alcanzar la textura adecuada y ya está, !buenisima!.
intenté personalizar, con un par d condimentos (apio, puerro, queso manchego..) pero agg, fue un desastre!. ceñiros a esta versión, lo unico q soporta es un poco de ajo picado por encima a la hora d servir.
bon apetit!
aventuras y desventuras de un superviviente en la jungla madrileña, germanofilo y amante de la belleza,...preferiblemente femenina.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario