los teleoperadores de Sweden P.

Ellos son gays, alternativos, con esas modas suyas tan de chueca pantalones pitillo, zapatillas converse, y sueters ceñidos, un charpe, independientemente que haga frio o no y la mano a media altura como dispuesta a comenzar alguna obra

Ellas, que alternan en su diestra el cigarrillo con la sombra de ojos, son bastante "posh", jovenes, monas, radiantes, malotas, poligoneras, con sus novios y enredos, el tunning de su buga, encadenadas al ipod de imitacion.

Aparte quedan los descatalogados,un hetero, una gafapasta que quedó a medio camino, el deshubicado cuarentón, el opositor eterno, el argentino q a la vez estudia para piloto.

El jefe de proyecto es guiri, serbio, moldavo, ucraniano o algo así, no aparece casi nunca, tiene pinta d mafioso, lleva pelos largos, trajes lustrosos, conduce desafiante un bmw o un mercedes, no hace nada y da la impresión o tal vez no sea solo la impresión, de llevarselo muerto.Vive en un chalet de lujo y tiene una novia de portada, o eso dicen, pero nadie ha comprobado ni lo uno ni lo otro, eso si una vez un excompañero le vio por el centro con una morenaza, pero fue hace tiempo.

Los teleoperadores rezan porque las manecillas lleguen a las 11 para tomarse el descanso y se lanzan ansiosos y en grupitos a los cafés colindantes. Despues rematan los segundos de la pausa en tertulia global a la puerta apurando las últimas hebras del cigarro, hasta q un grito emerge de dentro y obliga a entrar.

Los operadores salen pitando al llegar la hora, y se olvidan de todo por un dia. Mañana más!-piensan- que tedio pero pronto es viernes, finde, fiesta, escapada.

Al fondo aparece el coche del guiri mafioso,
!que raro, si nunca viene!
-es fin de més, vendrá a hacer caja -comenta el gay que utiliza la mano de la media altura para dejarla atras con el gesto del cazo.