aventuras y desventuras de un superviviente en la jungla madrileña, germanofilo y amante de la belleza,...preferiblemente femenina.

sábado, 12 de junio de 2010

La clínica

Se estaba bien allí pero el calor tendía a complicar las cosas. El personal aligeraba la vestimenta, las prendas se ceñían en exceso y que se estropeara el aire acondicionado no ayudaba mucho, y claro, tanta enfermera esbelta, tanto paciente...

Pasaron los ilustres, estaba Duchovny con su look de adolescente eterno, como si acabara de llegar de malasaña, ¿como se las apañaria para conservar eternamente la barba de tres días? ¿no le molestarían esas patillas retro? y lo más dificil ¿donde demonios compraba las americanas setenteras?. A David la adicción le había llegado trás una concienzuda aplicación del metodo stanislasky, protagonizar una serie con ese nombre y que en el primer capitulo tengas que lidiar con una jaca tan tremenda con aires de lolita, pueden arruinar la trayectoria de cualquiera.

Lo del pequeño Douglas era distinto, no se le puede achacar a problemas de guion, le daba a todo, vivía al limite, ni un día sin exponerse al abismo, su estancia aquí, como a él le gustaba definir la vida, era una sucesion de emociones suicidas, subidones de adrenalina, puenting, paracaidismo, dar de comer a las bestias, ...y llegaba a casa y se topaba con ese paquete divino de fogosidad latina, puff, caso perdido, imposible recuperarse del todo.

Y lo mio no sé, por culpa de las tablas no fue, tampoco es que mi nombre figurase en las listas de aventuras de riesgo, nunca me alisté en el zoó, y eso que pude, y mi animal de compañía más peligroso fue un gato, supongo que son venas que dan, como estudiar frances, o escribir un blog.

Salu2
Popotamo

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