aventuras y desventuras de un superviviente en la jungla madrileña, germanofilo y amante de la belleza,...preferiblemente femenina.

martes, 21 de septiembre de 2010

El americano.


El prota es un tipo con encanto, que escapa de un conato de asesinato en la nieve cargandose de un tiro a su agresor y ya de paso a la novieta de turno, para que no deduzca que es un sicario. Es como si a mi un colega me pillase programando y decidiese liquidarlo a golpes de teclado para que no me reprochase que soy programador, absurdo.

Luego el tipo,logicamente cansado de las nieves nordicas y los matones de sangre fría, cambia los gélidos valles y la muchedumbre por la tranquilidad de un bucólico y verde pueblecito de la toscana italiana, con sus bosques, sus riachuelos, la gente en vespa y sin casco, vamos, a vivir la vida. Pero a partir de aqui se le tuerce el plan, le mandan medio fusil y con cuatro piezas que encuentra en un taller se monta un arma en plan McGiver, con silenciador y munición incluidas, y una maña de maestro armero que deja al de bricomanias a la altura de un tuerce botas.

Tras el fusil se enamora de una prostituta, se hace amigo de un cura, evita a una pretendienta cachonda, y no os cuento más pq sino os destripo la pelicula. Solo por el vestuario, los paisajes y la atmosfera acogedora que despliega merece la pena verla, sosiega el espíritu. Eso sí no la visioneis muy acomodados a ultima hora d la noche, peligro de cabezadas o sueño profundo.

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