aventuras y desventuras de un superviviente en la jungla madrileña, germanofilo y amante de la belleza,...preferiblemente femenina.

viernes, 13 de junio de 2008

El mensajero y el tiempo

Como una vez desesperó hasta que acabamos de comer, se desvive por acudir antes de que vayamos al restaurante. Parece Pedrosa, un cuerpo canijo sobre una moto inmensa, y cuando le ves se te hace raro que alguien tan minusculo, su ancho es su alto, domine tan terrible maquina.

Llega cual cubano, pausado, tomandose siglos para abrir el cajon de transportes amarrado, modelo telepizza, y sacar tres sobres A3,que me pregunto si no serán siempre los mismos,y de los q nunca m interesó el contenido.

Envuelto, indefectiblemente en un conjunto, pantalon y casuya, impermiable añil.

Como siempre lo vestía, aunque el sol fundiese los metales, o el frio helase las cunetas, y era un tono tan neutro diome por pensar que sería el uniforme de la mensajeria, y me quejaba yo silenciosamente por la tirania corporativa de las empresas y sus rigurosas normas. Hasta que en una ocasión un compañero que le cubriá el trayecto vino con vaqueros y chaqueta motera. Con lo cual no era el uniforme, sino que no sé por alguna razon desconocida y por educación impreguntable, siempre lo llevaba.

Como ya habiamos entrado en Junio y la canicula amenazaba con desintegrarnos, llamaba mucho más la atención el asunto. Luego una vez dentro de la oficina, se quitaba el casco, uno de estos que visto del reves, parece más capacho que bombin, de puro enorme, y es que el tio, tiene un buen cabezo, un cabezo que como se te ponga delante en el cine, hace la noche, y que a proporcion de su escasa talla asustaba un poco.Vamos una cabeza monumetal, gigante, como la de Fernando Alonso, bueno, quizas no tanto.

Y detras un pelo hacía adelante, brillante,pensemos generosa quizas erroneamente y achaquemoslo a la gomina, y dos puntos negros imperceptibles, guarecidos en cuevas profundas y rasgadas le hacen la vez de ojos. No lleva braga, como la mayoria de motoristas, para protegerse el cuello, más por carecer de este, como Alonso, que por falta de viento, y su presentación es invariable:

Buenos dias señor, le traigo esto, firmeme aquí, por favor.- así de un tirón sin pausas, como si llevase toda la noche aprendiendoselo.

Yo, que a esas alturas ando aburrido, le firmo aqui y aculla, le pregunto por el trafico, o cosas así. Y él al salirse del guión, pues se aturulla, y sale del despacho, con un sobre de los que traía, o con un recibí de menos,o de más, y le toca volver, claro.

Fuera, tras el ventanal, le veo ajustarse el casco, subirse a la motoy alejarse a la misma velocidad, que el inclito astur, o sea escasa. Que manda demonios que despues de ser dos veces campeón del mundo te hagan correr con un utilitario, pero weno, ese es otro tema.

Y todos los diás así, a la misma hora, una y otra vez, pero ayer llegó, y ocurrió algo inesperado, inimaginable, inaudito, terrible,que rompió mi particular Show de Truman, "el Escarabajo azul ya no pasa por esa calle cada media hora", se quebró el circuló, no os podeis ni hacer idea, fue terrible, terrible: !Acudió con otra ropa!

Creo que llevo demasiado tiempo aqui

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