aventuras y desventuras de un superviviente en la jungla madrileña, germanofilo y amante de la belleza,...preferiblemente femenina.

domingo, 31 de julio de 2011

comer en belgica.

Al ser un pais en el que se estableció una fuerte inmigración de lugares dispares, la oferta es como su población más que variada. Por sus calles se ven pakistanis, congoleños (antigua colonia congo belga), asiaticos, franceses, holandeses, alemanes, magrebies, latinos, todos viviendo en buena armonia, que lugar más callado y tranquilo-

Si nos fijamos en sus productos típicos tenemos las pommes frites, piscolabis nacional, que se pueden aderezar con tropecientas salsas, destacando la mayonesa belga como adherente estrella, sumando por cada una un coste adicional.

Mismo procedimiento con los Waffres o Goufres, que estan muy buenos allá la verdad, puedes echarles lo que tu imaginación llegue, frutas, natas, trufas, mezclas, y tu bolsillo esté dispuesto a gastar, extra a extra, esa tarde.

Luego los mousles a riñon el plato, de unas cuantas formas distintas y acompañados de las pommes dichosas y una cucharada de mahonesa.

Las cervezas, millones, ricas, variadas, intensas o suaves, afrutadas o amargas, hay tanta variedad que asustan y los chocolates tambien en todas las variedades, muy buenos pero tirando a caros. A eso le sumas los imbiss tradicionales y tienes un surtido de lo más heterogeneo. Buen provecho.

En cuanto a la importación los productos españoles se cotizan a precio de oro, mirad esa foto con los 20 el kilo de un manchego normalito o los 18 de un rioja corriente. tremendo

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